La aprehensión del granadero José Antonio Cano o de cómo se mantenía el orden en la ciudad de México a finales del periodo colonial
Resumen
En la ciudad de México, el lunes 2 de diciembre de 1805, alrededor de las dos de la tarde, María Josefa Alcocer, en compañía de su hija doncella María Petra Pérez y de su cuñada María Josefa Pérez, pasaba frente a la pulquería de Palacio cuando vieron sentado al pie de uno de sus pilares a José Antonio Cano, un granadero de la segunda compañía del segundo batallón del Regimiento Urbano del Comercio. Este hombre, además de haber sostenido una larga relación de amasiato con Lorenza Pérez, otra hija de Josefa Alcocer, le debía a ésta la cantidad de seis pesos. Alcocer pidió a su cuñada que se acercara a Cano y le reclamara el pago de la deuda mientras ella y su hija la esperaban al otro lado de la calle.
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