La situación económica de los hermanos don Manuel y don Miguel Hidalgo y Costilla, 1807
Resumen
El nuevo régimen que José de Gálvez inauguró en la administración colonial repartió graves golpes a muchos intereses arraigados en Nueva España. La Iglesia sufrió especialmente una serie de ataques en su autoridad e inmunidades legales. El acto final de esta revolución borbónica en el gobierno fue el decreto de la consolidación o amortización dado en diciembre de 1804. Impelida por la amenaza de la bancarrota inminente, la Corona española exigió que todos los fondos eclesiásticos debían hacerse efectivos en la Real Tesorería, la que en adelante sería responsable del pago del interés anual del 5% del capital depositado. En contraste con la Península, donde esa disposición obtuvo un éxito mesurado, sus resultados en Nueva España fueron desastrosos. La mayor parte del capital de cuarenta millones de la Iglesia se mantenía en forma de hipotecas, censos y préstamos garantizados can propiedades urbanas y en su mayor extensión posesiones rústicas. La mayor parte de las haciendas estaban fuertemente gravadas con censos, capellanías y depósitos irregulares. Todos estos gravámenes tuvieron entonces que ser redimidos en un plazo no menor de diez años. A fines de 1808, esta feroz exacción de capital había exprimido no menos de doce millones de pesos de las bolsas de las clases propietarias.
Derechos de autor 1970 Archivo General de la Nación
Esta obra está bajo licencia internacional Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObrasDerivadas 4.0.
Boletín del Archivo General de la Nación por Archivo General de la Nación se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en http://bagn.archivos.gob.mx/index.php/legajos.