Experiencia, liderazgo y trabajo en equipo. El embajador Jaime Torres Bodet y la diplomacia económica mexicana en Francia (1954-1958)
Resumen
¿Qué postura adoptar ante el gigante económico norteamericano en la segunda posguerra mundial? La diversificación. El embajador Jaime Torres Bodet fue un agente clave de este proceso en el corazón de Europa, París, de 1954 a 1958. Contrariamente a lo señalado por Lorena Ruano, los años ruizcortinistas son de apertura, por lo menos en lo que a las relaciones económicas con Francia respecta. ¿En qué estriban sus éxitos en su diplomacia económica? En su talento experimentado, su liderazgo emprendedor y su sentido de trabajo en equipo con sus eficaces colaboradores mexicanos en la embajada, sus influyentes amistades en México, en particular Marte R. Gómez, presidente del Consejo de Fomento y Coordinación de la Producción Nacional, muy cercano al presidente de la República y sus amistades francesas, entre las cuales se encuentra un “homólogo” de Gómez, el presidente del Consejo Económico de Francia, Emile Roche. A través de los comités creados por los colaboradores y amigos, de ambos lados del atlántico, una diversificación exitosa se puso en marcha que dio como resultado misiones económicas francesas y mexicanas de primer orden y la inversión correspondiente al metro de la ciudad de México y el comienzo de las actividades de la empresa Renault.
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