Casimiro Ramos no quería morir
Resumen
En una campiña cerca del cementerio del Campo Marte, en Acapulco, a las 4:30 de la tarde del 3 de enero de 1848, el capitán Casimiro Ramos enfrentó a un pelotón de fusilamiento formado por soldados de su mismo cuerpo. Casimiro Ramos no quería morir. Sin embargo, era condenado por deserción frente al enemigo. Sus camaradas en armas más valientes cumplieron con su deber esa tarde; otros llevaron su cuerpo hasta el cementerio y lo colocaron en una tumba en la sección reservada para soldados.
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